Unos tres años después del descubrimiento de la tumba de Tutankamón, Howard Carter llegó por fin a la tumba del rey. En octubre de 1925, Carter abrió la tapa del sarcófago de madera y oro. Dentro encontró otro sarcófago, en cuyo interior había otro más, de oro macizo de 2,5 centímetros de grosor.
Al abrirlo, Carter encontró la momia; el cuerpo preservado del rey. Tutankamón estaba envuelto en vendas de lino, que también escondían 143 amuletos de oro y joyas. La cabeza del rey estaba totalmente cubierta por una máscara retrato de oro: era la obra de arte más hermosa que Carter había visto.
Diego Nieto Jimenez.- 5º C
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